¿Qué tipos de avales para alquiler existen?

Cuando se alquila una vivienda, tanto propietarios como inquilinos buscan seguridad y tranquilidad. Un aval para alquiler es una herramienta clave para garantizar que el propietario recibirá su renta y que el inquilino tendrá respaldo en caso de dificultades. Pero, ¿qué tipos de avales existen? ¿Cuál es el más adecuado para cada situación?

En esta guía completa, explicaremos en detalle los tipos de avales, sus ventajas, requisitos y alternativas disponibles. Con esta información podrás alquilar tu piso de forma segura.

Qué es un aval de alquiler

Un aval para alquiler es un compromiso formal que garantiza al propietario que, en caso de impago por parte del inquilino, podrá recuperar las cantidades adeudadas a través de un tercero, ya sea un banco o una persona. Este respaldo es fundamental para los propietarios, especialmente en un mercado donde los impagos pueden generar pérdidas significativas. Además, sirve como un filtro adicional, ya que solo los inquilinos que cumplan con ciertos requisitos pueden aportar un aval, lo que reduce el riesgo de impagos y problemas futuros.

Para el inquilino, representa un compromiso adicional, ya que deberá demostrar solvencia y, en algunos casos, asumir costes adicionales. Sin embargo, es un paso necesario si desea acceder a determinadas viviendas, especialmente aquellas con rentas más altas o ubicadas en zonas muy demandadas.

Tipos de avales para alquiler

Existen varios tipos de avales, cada uno con sus propias características, ventajas y desventajas. Elegir el tipo correcto depende de múltiples factores, como la relación entre propietario e inquilino, el importe de la renta y la situación financiera de las partes involucradas.

Aval bancario

El aval bancario es uno de los más solicitados por los propietarios debido a su alto nivel de seguridad. En este caso, un banco actúa como garante, comprometiéndose a pagar las mensualidades impagadas en caso de que el inquilino no cumpla con sus obligaciones. Este tipo de aval suele requerir que el inquilino deposite una cantidad significativa de dinero en el banco, que queda retenida como garantía. Además, el banco cobra comisiones anuales por emitir el aval, lo que incrementa los costes para el inquilino.

Los avales bancarios pueden clasificarse en varias categorías:

  • Aval financiero: Garantiza el pago de las rentas adeudadas.
  • Aval técnico: Cubre otros aspectos del contrato, como daños a la propiedad o impagos de suministros.
  • Aval en primera demanda: Permite al propietario solicitar el pago al banco sin necesidad de demostrar judicialmente el impago, lo que agiliza mucho el proceso.

Aunque el aval bancario ofrece una gran seguridad al propietario, puede ser una carga económica para el inquilino, que debe contar con ahorros suficientes y aceptar los costes adicionales que implica este tipo de garantía.

Aval personal

El aval personal, por otro lado, implica que una persona, generalmente un familiar o amigo del inquilino, se compromete a asumir las obligaciones económicas si el inquilino no puede cumplirlas. Este tipo de aval es más flexible y menos costoso que el bancario, pero también conlleva riesgos, especialmente para el avalista, que podría enfrentarse a importantes deudas si el inquilino incumple.

Dentro de los avales personales, encontramos:

  • Aval solidario: El avalista asume la obligación de pago al mismo nivel que el inquilino, lo que significa que el propietario puede reclamarle directamente sin necesidad de agotar las opciones con el inquilino primero.
  • Aval simple: El avalista solo responde si se ha intentado previamente reclamar al inquilino sin éxito, lo que ofrece una capa adicional de protección al avalista, pero reduce la seguridad para el propietario.

Los avales personales son comunes en casos donde el inquilino es joven, tiene ingresos inestables o no dispone de suficientes ahorros para ofrecer un aval bancario. Sin embargo, el propietario debe evaluar cuidadosamente la solvencia del avalista antes de aceptar este tipo de garantía.

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Requisitos para obtener un aval bancario

Para que un banco emita un aval, el inquilino debe cumplir con ciertos requisitos estrictos. Generalmente, se exige:

  • Un contrato laboral indefinido o ingresos estables que demuestren capacidad de pago.
  • Un historial crediticio sin impagos ni deudas significativas.
  • Depósito de una cantidad equivalente a varias mensualidades de alquiler, que queda bloqueada mientras dure el contrato de arrendamiento.

Este proceso puede ser largo y costoso, pero garantiza al propietario una alta seguridad, ya que el banco solo emite avales a inquilinos con un perfil financiero sólido.

Alternativas al aval para alquiler: ¿existen opciones más accesibles?

Aunque los avales bancarios y personales son las formas más comunes de garantía, existen alternativas que pueden resultar más accesibles para los inquilinos sin comprometer la seguridad del propietario. Una de las opciones más populares es el seguro de impago, un producto que cubre al propietario ante impagos, daños o incluso costes judiciales en caso de desahucio.

El seguro de impago ofrece ventajas significativas:

  • Cobertura de hasta 12 meses de renta en caso de impago.
  • Asistencia legal para la reclamación de deudas y desahucio.
  • Coste asumible por el inquilino o el propietario, según el acuerdo entre ambas partes.

En Logar Inmobiliaria, recomendamos esta opción cuando el inquilino no puede aportar un aval bancario o personal, ya que ofrece una protección similar con un coste más reducido y menos trámites burocráticos.

¿Cuál es el mejor aval para tu alquiler?

La elección del tipo de aval depende de factores como el importe del alquiler, la estabilidad financiera del inquilino y el nivel de seguridad que busca el propietario. Un aval bancario puede ser ideal para propiedades de alto valor, mientras que un aval personal puede ser suficiente para alquileres más modestos o cuando existe una relación de confianza entre las partes.

Además, el seguro de impago puede ser una opción flexible y asequible que protege al propietario sin imponer una carga económica excesiva al inquilino. En Logar Inmobiliaria, analizamos cada situación para ofrecerte la mejor solución, garantizando un proceso de alquiler seguro y sin complicaciones.